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LOS MEJORES SITIOS PARA AVISTAMIENTO DE AVES

La observación de aves se ha convertido en una actividad apasionante para amantes de la naturaleza y científicos por igual, ofreciendo una ventana única para comprender la diversidad biológica y la importancia de conservar hábitats naturales como alternativa de implementación de turismo ecológico. En el departamento de Nariño, Colombia, varios lugares se han destacado como puntos focales para esta fascinante actividad, entre ellos la reserva natural Río Ñambi, Bangsias Birdlodge, San Antonio de Altaquer y la Reserva Natural La Nutria. Estos lugares no solo ofrecen una rica variedad de aves muchas de las cuales son endemicas, sino que también desempeñan un papel crucial en la conservación de la biodiversidad local.

Reserva Natural Río Ñambi. 

La reserva natural río Ñambi es un santuario natural ubicado en el piedemonte andino nariñense. Su topografía montañosa y su variada vegetación lo convierten en un hábitat propicio para una diversidad sorprendente de aves. Entre sus atractivos se encuentran especies como el paragüero (Cephalopterus penduliger) y el tucán esmeralda (Aulacorhynchus haematopygus). La experiencia de observar aves en Ñambi no solo ofrece la oportunidad de admirar especies únicas, sino también de contribuir a la conservación de este ecosistema a través del turismo sostenible.

Bangsias Birdlodge.

Situado en el piedemonte del departamento de Nariño, Bangsias Birdlodge se erige como un refugio para aves y un paraíso para los entusiastas de la observación de aves. La reserva proporciona oportunidades inigualables para explorar la riqueza aviar de la zona. Entre las especies emblemáticas que se pueden avistar se encuentran el Frutero pechinaranja (Pipreola jucunda) y la Bangsia escarlata (Chrysothlypis salmoni), que hacen de Bangsias Birdlodge un destino imprescindible para los amantes de las aves.

San Antonio de Altaquer.

San Antonio de Altaquer, encontrado en el piedemonte del departamento de Nariño se presenta como un punto estratégico para la observación de aves en Nariño. Esta región alberga una variedad de especies, catalogándose como un punto focal de observación de Colibríes como el colibrí (Aglaiocercus coelestis). La comunidad local ha abrazado la importancia de la conservación, y proyectos de turismo comunitario han surgido para proteger y compartir la riqueza aviar de San Antonio de Altaquer con visitantes de todo el mundo.

Reserva Natural La Nutria

La Reserva Natural La Nutria, un tesoro escondido en Nariño, destaca por su rica biodiversidad y su compromiso con la conservación. Las extensas áreas de humedales y bosques brindan hábitats ideales para aves acuáticas y forestales. Entre las especies que llaman hogar a La Nutria se encuentran el burgo rufo (Baryphthengus martii) y el (Pteroglossus torquatus). La reserva se ha convertido en un faro de esperanza para la conservación, promoviendo la investigación y la educación ambiental.

Conclusiones: La Importancia de la Conservación y el Ecoturismo

La observación de aves en Ñambi, Bangsias Birdlodge, San Antonio de Altaquer y la Reserva Natural La Nutria no solo proporciona experiencias inolvidables para los entusiastas de las aves, sino que también destaca la necesidad imperante de conservar estos entornos únicos. El ecoturismo desempeña un papel vital al generar conciencia y apoyo económico para la preservación de estos ecosistemas, asegurando que las generaciones futuras puedan disfrutar de la maravillosa diversidad aviar de Nariño.

Semana 2 día 5

Riqueza Alada Exclusiva: Aves Endémicas del Piedemonte Costero Nariñense


El piedemonte costero nariñense emerge como un tesoro biológico, donde la exuberante amalgama de ecosistemas crea el escenario perfecto para el desarrollo y la adaptación de especies de aves endémicas. Estas criaturas aladas, únicas en su género y adaptadas a las condiciones particulares de este rincón de Colombia, son un testimonio de la diversidad biológica y la importancia de preservar sus hábitats naturales.

Entre las aves endémicas que podemos encontrar dentro del piedemonte costero nariñense, se encuentran:

Penelope ortoni 

Odontophorus erythrops 

Patagioenas goodsoni 

Neomorphus radiolosus 

Nyctiphrynus rosenbergi 

Phaethornis yaruqui 

Androdon aequatorialis 

Aglaiocercus coelestis 

Haplophaedia lugens 

Coeligena wilsoni 

Boissonneaua jardini 

Urosticte benjamini 

Heliodoxa imperatrix 

Philodice mitchellii 

Chlorostilbon melanorhynchus 

Polyerata rosenbergi 

Glaucidium nubicola 

Trogon comptus  

Semnornis ramphastinus 

Aulacorhynchus haematopygus 

Ramphastos brevis 

Dryobates dignus 

Dryobates chocoensis 

Micrastur plumbeus 

Touit dilectissimus 

Pyrilia pulchra 

Pionus chalcopterus 

Sapayoa aenigma 

Dysithamnus occidentalis 

Myrmotherula pacifica 

Scytalopus vicinior 

Scytalopus chocoensis 

Margarornis stellatus 

Machaeropterus deliciosus 

Pipreola jucunda 

Cephalopterus penduliger 

Carpodectes hopkei 

Cyclarhis nigrirostris 

Vireo masteri 

Cyanolyca pulchra 

Entomodestes coracinus 

Turdus obsoletus 

Chlorophonia flavirostris 

Chlorospingus semifuscus 

Chlorothraupis stolzmanni 

Bangsia rothschildi 

Bangsia edwardsi 

Bangsia flavovirens 

Iridosornis porphyrocephalus 

Chlorochrysa phoenicotis 

Chrysothlypis salmoni 

Diglossa indigotica 

Saltator atripennis 


La conservación de estas especies endémicas no solo es una responsabilidad local sino también global. La pérdida de hábitats naturales, la fragmentación del paisaje y otros desafíos ambientales amenazan su supervivencia. La educación ambiental, la investigación científica y la promoción del ecoturismo responsable se erigen como herramientas clave para garantizar la preservación de estas aves y sus entornos únicos.


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